La movilidad social es definida como “la facilidad con la que una persona puede subir o bajar en la escalera socioeconómica de un país.” Así pues, la movilidad se basa no sólo en el plano económico, sino también en el social, y esto se traspasa a lo cultural.
Un país que es capaz de ofrecer a su población la oportunidad de mejorar su calidad de vida, en el que la meritocracia es predominante —o simplemente, es su pilar fundamental— nos habla del nivel de ambición existente.
Por otra parte, un país en el que la movilidad social es una utopía, donde el conformarse con lo que se tiene y no pedir e incluso soñar con más, nos expone una falta de interés de su población.
Es por esta razón que la cultura es esencial. Si la población está dispuesta a sacrificarse un poco, para lograr alcanzar sus aspiraciones y/o metas, así como objetivos individuales y generales, ésta tendrá la oportunidad de mejorar su vida; aunque es necesario aclarar que esto no se logrará sólo con el querer avanzar de un pueblo, sino con la unión de éste con su gobierno.
Pero existen factores que influyen en la movilidad social. La edad, raza, sexo, ocupación, e incluso la posición económica de nuestros padres, intervienen de manera directa o indirectamente en las oportunidades que tengamos para que podamos movernos dentro de la sociedad. Sin embargo, debemos tener en cuenta que estos factores no son determinantes.
Las personas somos capaces de pedir más, de ambicionar, de mejorar. La capacidad de transformación y adaptación es un “don”, es lo que nos hace ser seres con anhelos. Una actitud personal de querer más, es la que nos habla de las ganas que tiene una persona de crecer, y de tener una vida más satisfactoria.
Bibliografía
¿Qué es la movilidad social?
Estratificación y movilidad social
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